VESTIRSE EN MONTAÑA III. La primera capa
Ya hemos visto cómo el objetivo principal de la primera capa es mantener la piel seca. Y no es cosa sin importancia, es la clave de todo el sistema. Si no mantenemos el cuerpo seco, tendremos problemas. En verano o en circunstancias de calor, la primera capa será nuestra única capa. Y creedme, es mejor llevarla que no llevarla. Y cuando haga frío, la primera capa formará parte del conjunto con sus dos hermanas, la segunda y tercera. Entonces se complica un poco, pues al llevar más ropa y hacer actividad, crearemos más sudor que deberemos expulsar.
Por lo tanto, ya podemos saber las características que la prenda debe cumplir:
- El tejido debe permitir y potenciar la salida del sudor.
- Debe secarse rápidamente.
- No debe quedarse el sudor en la prenda.
- Tiene que ser cómoda y ajustada a nuestro cuerpo.
- Debe permitir los movimientos que exija nuestra actividad (caminar, correr, ascender, escalar, esquiar, etc.) Por lo que debe ser ligera y elástica.
- Debe tener tratamiento antibacteriano para evitar los malos olores del sudor.
- Para las prendas de verano que se llevarán solas es aconsejable un tratamiento frente a los rayos ultravioletas del sol.
Hay muchas formas de clasificar esta prenda. Por su tejido, por su tipo de manga..., pero yo me quedo con la siguiente:
- De manga corta, un poco suelta. Es la indicada para el verano, la única prenda que vamos a llevar, pues hace calor. También puede ser sin mangas. Al no ser del todo ajustada, el aire corre también por dentro, pudiendo entrar por el cuello, las mangas y la cintura. Así, el sudor que queda lo admite el tejido y lo sacará al exterior. Estas prendas tienen un tacto suave y secan muy rápido. Como es un primera capa exterior, al no llevar otra capa por encima, es indispensable el tratamiento de protección a los rayos ultravioletas.
- De manga corta, ajustada al cuerpo. Cuando llevamos la segunda capa puesta, un forro polar, viene muy bien una primera capa muy ajustada, para conseguir que no moleste y permitir todos los movimientos. Cuando tenemos calor o vamos a hacer ejercicio seguramente nos quitaremos la segunda capa y nos quedaremos con la primera solamente. Y cuando paramos, nos la ponemos. Al ser muy ajustada, los tejidos deben ser muy elásticos en todas direcciones. Además, al no permitir la entrada de aire ni por el cuello, ni por las mangas ni por la cintura, el tejido debe llevar pequeños agujeros de ventilación. Hay quien irá un poco incómodo al principio por ser tan ajustadas, pero la verdad es que enseguida te acostumbras y son muy apropiadas para hacer ejercicio. También secan muy rápido. En cuanto cesa el ejercicio ha que abrigarse, pues el aire directamente por los pequeños agujeros del tejido.
- De manga larga. Son las indicadas para invierno. Los tejidos son más pesados, pero igualmente deben ser elásticos. Las hay de cuello caja, con cremallera o cuello cisne. El tejido debe calentarnos, al contrario de los anteriores. También suelen ser tejidos muy mimosos y se llevan muy bien. Las mangas suelen ser más largas para permitir el movimiento sin que se bajen. En esta categoría, al no recibir el sol directamente, el tratamiento de protección UV no es tan relevante. En resumen, debe calentarnos además de permitir la transpirabilidad.
Hay multitud de tejidos que en la actualidad cumplen perfectamente con su cometido. Cada marca elije su tejido más adecuado. Debemos mirar con atención las etiquetas de cada prenda antes de comprarla. Para estas prendas, lo habitual y aconsejable es encontrarnos un porcentaje de poliéster con otro tejido especial que es el que le da las prestaciones. Puede ser un tejido muy elástico, como el Thermic, de base natural, como el Cocona, construido con fibras naturales de la cáscara del coco, o cualquier otra marca de las innumerables que hay.
Lo importante es leer la composición de los tejidos y las características del tejido especializado. Os recuerdo que debe ser transpirable, ligero, de rápido secado, con tratamiento antibacteriano y protección a los rayos ultravioletas del sol.
Y, por supuesto, una vez leídas las etiquetas y elegido el modelo, hay que probárselo. Te tienes que sentir cómodo, muy cómodo con ella puesta. Debe incitarte a practicar la actividad, a salir al monte, a disfrutarla usándola.
Y, acuérdate, la ropa está para usarla. No la dejes en el armario por no usarla. Que se convierta en tu acompañante perfecto.
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